Aquesta nena-noia, una adolescent de
no més de tretze o catorze anys, es deia Azubir i era una de les besnétes de la
Zenab (entrada anterior), de l’ètnia Hasania, una família de pastors semi
nòmades que voltaven per un lloc imprecís del Desert de Bayuda entre Karima i Meroe (Sudan
del Nort).
Al mig d’aquell erm recremat pel sol, el seu rostre perfecte i serè em va recordar el de la Mare de Déu, i la
seva mirada lluent la de la noia afgana que va retratar l’Steve McCrurry cap
allà la dècada dels noranta.
Azubir i Zenab: el principi i el
final...
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Esta niña-muchacha, una
adolescente de no más de trece o catorce años, se llamaba Azubir y era una de
las biznietas de Zenab (entrada anterior), de la etnia Hasania, una familia de
pastores semi nómadas que rondaban por un lugar impreciso en el desierto de
Bayuda, entre Karima y Meroe (Sudán del Norte).
En medio de aquel páramo requemado por el sol, su rostro perfecto y sereno me
recordó el de la Virgen María, y su mirada brillante la de la muchacha afgana
que retrató Steve McCrurry alláen la
década de los noventa.
Azubir y Zenab: el principio y el final ...
Me impresionan esas miradas.
ResponElimina¿Puedo decir que tienes una especial percepción para encontrar rostros y, sobre todo, miradas?
A veces nos pasan desapercibidas estas personas; jovenes y sin embargo, con una vida larga en sus espaldas.
Gracias por compartirlas, Rosa
Miguel
Gracias Miguel.
EliminaCuando viajo procuro estar atenta a esos detalles. He de confesar, no obstante, que tomar fotos de personas me produce una cierta vergüenza que lejos de minimizar, menproduce cierto reparo ya que los 'turistas' tenemos tendencia a tratar a los nativos del lugar como si fueran objetos decorativos. Por eso yo al menos intento establecer un vínculo emocional.
Un abrazo.
Rosa